A mis amigos de París...

LLoraba por no quedarse solo, por la grandeza de lo que conocía, no podía imaginar otra vida diferente, lloraba porque aún no había perdido la esperanza de renacer desde aquello que ya parecía muerto, un llanto lleno de esperanza.
Es la esperanza más fuerte que la muerte y fuerte como la muerte es el amor. Sobre el dolor que causan los indolentes, los que han dejado pervertir su corazón engañados y atrapados en sus mentes. sobre ese dolor también un día retoñara la esperanza y el suave bálsamo del perdón, aunque no retornaran lo que nos arrancaron.
A mis amigos de París.