Pasado el 11-M. Es un día que no me gusta mucho recordar, porque se me llena el alma de ausencias, por eso lo hago hoy. Simplemente no estaba allí. Estaba muy cerca mi casa, mi familia, mis recuerdos de infancia y algunos de los mejores días de mi vida. Estaban muy cerca, algunos presentes, muy buenos amigos, y también los recuerdos de muchos viajes a la Universidad, todos los días en el mismo tren hacia Guadalajara. Pero ese día de 2.004 yo no estaba allí... y me hubiera gustado estar. Me quedó ese deseo de poder estar al lado de mi casa y ayudar a tanta soledad como todos cuentan que vivieron y poder dar al menos el aliento que otros sé que les dieron.
Ayer recordé de otra manera. Canté una canción en voz alta, en honor a ellos, una canción de esperanza recordándonos la necesidad de mirar adelante sin olvidarnos de lo que fue e iniciar un nuevo despertar. Nos unimos a ellos, a los que se fueron, a los que aún sufren del recuerdo y el dolor, a los que creemos en un nuevo despertar para cada vida, Así he despertado hoy, mirando a mis hijos y deseando que nunca tengan que explicar a los suyos nada parecido a lo que fue el 11 M.
Y el año que viene, el 11 M no solo cumpliré un año y un día , también un año de hacer de mi lugar un en clave de Paz.
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